El nacimiento de la Psicoterapia Constructivista suele atribuirse al trabajo del psicólogo estadounidense George A. Kelly que en 1955 publicó el libro The Psychology of Personal Constructs. Esta orientación parte de la idea que todos los pensamiento, percepciones o juicios constituyen una acción constructiva, es decir que el hombre es el sujeto que activamente construye activamente la realidad y su experiencia personal.

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La Terapia Cognitiva, entre cuyos principales exponentes encontramos los estadounidenses Albert Ellis y Aaron T. Beck, parte de la idea que los pensamientos – el significado que atribuimos a lo que nos sucede, nuestro diálogo interior – controlan el modo que tenemos de vivenciar los hechos. Dicho de otro modo: lo que afecta a nuestras emociones y a nuestra conducta no son los hechos en si mismos, sino la interpretación que hacemos de ellos.

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La terapia Sistémico-Relacional se difundió en Estados Unidos a partir de los años ’50, gracias sobre todo al trabajo de los principales exponentes de la Escuela de Palo Alto, entre otros Gregory Bateson y Paul Watzlawick.  ​El enfoque sistémico estudia el comportamiento de la persona poniendo el focus en el ambiente en que la persona ha crecido, en su sistema de referencia y en la red de relaciones significativas al que pertenece.

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